miércoles, 4 de noviembre de 2009

Visita al psicoanalista

He seguido el consejo de RouxClas y he buscado una psicóloga. Me ha costado un poco, porque el criterio no ha sido precisamente el del prestigio profesional. Ya se me entiende. Si hay que tumbarse en un diván y contar intimidades, lo mejor será que como mínimo quien escucha me alegre la vista.

Así que, motivado por el espectáculo de sus piernas cruzadas frente a mi, y el pliegue con el que la chaqueta fuerza la blusa ahuecándola donde todo varón encuentra el secreto hogar de los primeros momentos de la vida que se quedan fijados para siempre en el inconsciente y, que una y otra vez, pugnan por salir, comienzo el recuento de mis fantasmas en voz alta.

No encuentro la imagen fílmica que se corresponde con el momento, a pesar de que son múltiples los ejemplos, y estoy acostumbrado a ver la vida interpretada siguiendo el guión de una escena de cine.

Son míticas, ya clásicas, las escenas ambientadas en el despacho de un psicoanalista, a las que son tan aficionados los guionistas norteamericanos:

Recurso patológico de Woody Allen.



Nick Nolte, el duro, llorándole a una nariz con faldas, en el Príncipe de las Mareas.



Robert de Niro provocando miedo al coprotagonista y carcajada al espectador.



La intimidad del mafioso acompañando el hilo argumental en la serie los Soprano.



En fin que así podría seguir en una lista interminable, pero esta vez sin encontrar el modelo perfecto imitado.

- Mire usted...

- Deja el usted, por favor, trátame de tú, dejemos que fluya la confianza.

(- No se yo si conviene que fluya la confianza, pensé, pero hice caso, me lo exigían sus rodillas).

- Bueno,pues mira, yo me debato en un dilema que normalmente no sé si resuelvo bien. La lógica me dice que si se participa en un juego los resultados son secundarios. Esto por un lado, pero por el otro, si el juego no se disfruta, uno sólo se mantienen en él, precisamente por el resultado.

- Te escucho, continúa.

Yo efectivamente continuaba, pero más bien deslizándome desde la rodilla tratando de seguir una tenue claridad que parecía marcar el camino...

- La última movida surgida a raíz de la última carrera es un claro ejemplo. Y me he debatido, y me debato, entre alegrarme de la mala suerte ajena que me favorece, y el deseo de que los que comparten tu juego disfruten.

- Me temo que estoy un poco perdida. Sería bueno ser algo más concreto, concentrémosnos en un punto.

(- Yo sí que me perdido, y por este camino no llego a ningún lado). Con lo que, casi sin querer, busqué el único punto sobresaliente que encontré, y di un salto desde el borde de la falda a las colinas más altas. Concentrándome en ese punto, obedeciéndole, continúe.

- Yo entré a participar en carreras de fórmula uno por lo que casi todo el mundo lo hace, para pasarlo bien, o pasar un rato. Pero mi muy notable torpeza enseguida me dirigió hacia la obtención de éxitos para suavizar la carencia de disfrute. Fundamenté la permanencia en el juego, en el empeño, el esfuerzo, y más y más entrenamiento, para que un papel digno final me satisfaciera. Lo que me ha llevado a estar más interesado por la clasificación y los puntos que por cualquier otra cosa.

- Y en esta última ocasión que ha ocurrido?

(- Que estoy ya mareado, subido en mi atalaya, como en una montaña rusa de infinitas curvas, suaves pendientes, profundos valles y recónditas cuevas). Mi pensamiento seguía una conversación y mi voz otra.

- Pues ha ocurrido que primero me preocupe por ser el causante de un grave incidente que impidió a un rival optar al subcampeonato enfrentándose conmigo en la última carrera. Luego me convencieron de que me había sonreído la suerte y que yo no tenía responsabilidad. Y pude expresar públicamente que lamentaba el infortunio ajeno cuando en realidad me alegraba de haber mantenido mi posición privilegiada. Y al final he visto amenazado el resultado cuando se proponía anulación de la carrera.

- Y qué?

- Y qué de que?, pues eso, ¿no está claro?

- Si, disculpa, quiero decir que busques más profundamente...

(- Yo creo que ya no puedo estar más en lo profundo. Creo que lo que se impone es salir fuera y obtener una visión general, una visión del conjunto).

Como por arte de magia, a la vista de su figura completa, mi imaginación libró de las apreturas del traje de chaqueta a aquel cuerpo...

- De todas formas la estrategia que yo había planificado tenía muchas posibilidades. O bien mi compañero, o incluso Jion Boina, o quizá alguno de los que provenían de la liga fusionada, me garantizaban que mi rival no ganaría la carrera, y yo con una ventaja de tres puntos sólo tenía que preocuparme de mantenerme detrás; lo que por carga de combustible y por lo visto en la clasificación era más que factible. La situación de inicio no podía ser mejor. Tenía que seguir su estela en la salida, que nuestras posiciones en parrilla me facilitaba. Claro que yo no esperaba que se quedara clavado...

- Estoy perdida...

(- Ya te digo, esto sólo puede tener un final).

- ... quiero decir que no sé dónde está el problema.

(- El problema está en que, a este paso, mi Sistema Nervioso Autónomo, el simpático, va a descubrir mis pensamientos).

- Pues que dicho lo anterior, entonces, ¿por qué no aceptar que se repitiera el intento en una nueva carrera?

- Ah!, ya me doy cuenta.

(- Me ha pillado).

Me miro a mi mismo, a ver si se ha producido el desastre.

- Pues eso, o que soy un mentiroso patológico, o que sufro esquizofrenia.

- Permite que el diagnóstico sea yo quien lo haga.

(- Yo te permito a ti..., lo que tú quieras. )

- Disculpa solo era un comentario.

- Está bien. ¿Y si rectificas, y aceptas una nueva oportunidad?

(- De acuerdo). Volvió la imagen real y con ella el convencimiento de que estaba fuera de mi alcance. Al fin y al cabo sólo estaba allí para regalarme la vista, aunque ella creyera que se estaba ganando lo que cobraba por la sesión.

- Ha sido un campeonato muy largo y yo creo que ya está bien. Podemos seguir con estas sesiones y tratar en próximas competiciones, con más rivales y con más competencia, reconducir mi actitud y forma de conducir.

- Pues bien, finalizaremos con este propósito, por ahora. Se ha acabado el tiempo.

La última frase me situó en la realidad.



Y el mejor final un homenaje, esto es un manicomio:



Quitaron el video anterior, así que ponemos esta serie donde se incluye uno de manicomios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario