domingo, 29 de noviembre de 2009

De nuevo en marcha

Hola a todos, ¿cuánto tiempo, eh?:
Siento haber tenido abandonado el Blog, pero empiezo a estar saturado de tanto sitio en Internet que actualizar. Esta entrada solo es para retomar el Blog, no espereis grandes historias que relacionen mis actividades, pensamientos o emociones con el cine o la filosofía. Espero, de todas formas, mantener al menos el nivel de expresión.
Estamos deseando ver cómo nos va este nuevo comienzo, una nueva esperanza, con tantos y tan buenos pilotos en la LIga F1-Total. ¿Una nueva esperanza? Siempre me pillo con la referencias,... Ese es el subtítulo de mi película fetiche, la que me trastorno cuando tenía 14 años, la primera de la Guerra de las Galaxias. Todavía, como si fuera ayer, veo pasar por encima de mi cabeza (en una pantalla enorme, ya no las hay como aquella) el Destructor Imperial de Darth Vader, persiguiendo la navecita de la princesa al principio de la película. Se me saltan las lágrimas. Hoy me la pongo en el pantallón y con sonido Home, antes de la clasificación en Dijon (por quincuagésima quinta centena vez, ¿se dirá así?
Ved esta curiosidad de la antigua Antena 3 con voz en off traduciendo el texto inicial. Lástima que se corta justo en lo que cuento, la aparición de la nave de Darth Vader.



Es decir esta es son la imágenes que me impactaron:




Bueno, sigamos. Ya desapareció BMW y ahora estamos en Lotus, lo que más mola del vehículo es esa decoración "retro" con patrocinador hoy políticamente incorrecto. ¡Que les den a las autoridades sanitarias!



Como casi todo el mundo sabe ya fue la escudería donde contacté por primera vez con la Fórmula 1. Este es el enlace al capítulo de mi biografía donde se cuenta la aventura para llegar a tiempo a trabajar con el mítico Elio De Angelis:


Esto es todo por ahora.
Nos vemos esta noche y mañana en Dijon. A ver cómo comienza el tema.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Visita al psicoanalista

He seguido el consejo de RouxClas y he buscado una psicóloga. Me ha costado un poco, porque el criterio no ha sido precisamente el del prestigio profesional. Ya se me entiende. Si hay que tumbarse en un diván y contar intimidades, lo mejor será que como mínimo quien escucha me alegre la vista.

Así que, motivado por el espectáculo de sus piernas cruzadas frente a mi, y el pliegue con el que la chaqueta fuerza la blusa ahuecándola donde todo varón encuentra el secreto hogar de los primeros momentos de la vida que se quedan fijados para siempre en el inconsciente y, que una y otra vez, pugnan por salir, comienzo el recuento de mis fantasmas en voz alta.

No encuentro la imagen fílmica que se corresponde con el momento, a pesar de que son múltiples los ejemplos, y estoy acostumbrado a ver la vida interpretada siguiendo el guión de una escena de cine.

Son míticas, ya clásicas, las escenas ambientadas en el despacho de un psicoanalista, a las que son tan aficionados los guionistas norteamericanos:

Recurso patológico de Woody Allen.



Nick Nolte, el duro, llorándole a una nariz con faldas, en el Príncipe de las Mareas.



Robert de Niro provocando miedo al coprotagonista y carcajada al espectador.



La intimidad del mafioso acompañando el hilo argumental en la serie los Soprano.



En fin que así podría seguir en una lista interminable, pero esta vez sin encontrar el modelo perfecto imitado.

- Mire usted...

- Deja el usted, por favor, trátame de tú, dejemos que fluya la confianza.

(- No se yo si conviene que fluya la confianza, pensé, pero hice caso, me lo exigían sus rodillas).

- Bueno,pues mira, yo me debato en un dilema que normalmente no sé si resuelvo bien. La lógica me dice que si se participa en un juego los resultados son secundarios. Esto por un lado, pero por el otro, si el juego no se disfruta, uno sólo se mantienen en él, precisamente por el resultado.

- Te escucho, continúa.

Yo efectivamente continuaba, pero más bien deslizándome desde la rodilla tratando de seguir una tenue claridad que parecía marcar el camino...

- La última movida surgida a raíz de la última carrera es un claro ejemplo. Y me he debatido, y me debato, entre alegrarme de la mala suerte ajena que me favorece, y el deseo de que los que comparten tu juego disfruten.

- Me temo que estoy un poco perdida. Sería bueno ser algo más concreto, concentrémosnos en un punto.

(- Yo sí que me perdido, y por este camino no llego a ningún lado). Con lo que, casi sin querer, busqué el único punto sobresaliente que encontré, y di un salto desde el borde de la falda a las colinas más altas. Concentrándome en ese punto, obedeciéndole, continúe.

- Yo entré a participar en carreras de fórmula uno por lo que casi todo el mundo lo hace, para pasarlo bien, o pasar un rato. Pero mi muy notable torpeza enseguida me dirigió hacia la obtención de éxitos para suavizar la carencia de disfrute. Fundamenté la permanencia en el juego, en el empeño, el esfuerzo, y más y más entrenamiento, para que un papel digno final me satisfaciera. Lo que me ha llevado a estar más interesado por la clasificación y los puntos que por cualquier otra cosa.

- Y en esta última ocasión que ha ocurrido?

(- Que estoy ya mareado, subido en mi atalaya, como en una montaña rusa de infinitas curvas, suaves pendientes, profundos valles y recónditas cuevas). Mi pensamiento seguía una conversación y mi voz otra.

- Pues ha ocurrido que primero me preocupe por ser el causante de un grave incidente que impidió a un rival optar al subcampeonato enfrentándose conmigo en la última carrera. Luego me convencieron de que me había sonreído la suerte y que yo no tenía responsabilidad. Y pude expresar públicamente que lamentaba el infortunio ajeno cuando en realidad me alegraba de haber mantenido mi posición privilegiada. Y al final he visto amenazado el resultado cuando se proponía anulación de la carrera.

- Y qué?

- Y qué de que?, pues eso, ¿no está claro?

- Si, disculpa, quiero decir que busques más profundamente...

(- Yo creo que ya no puedo estar más en lo profundo. Creo que lo que se impone es salir fuera y obtener una visión general, una visión del conjunto).

Como por arte de magia, a la vista de su figura completa, mi imaginación libró de las apreturas del traje de chaqueta a aquel cuerpo...

- De todas formas la estrategia que yo había planificado tenía muchas posibilidades. O bien mi compañero, o incluso Jion Boina, o quizá alguno de los que provenían de la liga fusionada, me garantizaban que mi rival no ganaría la carrera, y yo con una ventaja de tres puntos sólo tenía que preocuparme de mantenerme detrás; lo que por carga de combustible y por lo visto en la clasificación era más que factible. La situación de inicio no podía ser mejor. Tenía que seguir su estela en la salida, que nuestras posiciones en parrilla me facilitaba. Claro que yo no esperaba que se quedara clavado...

- Estoy perdida...

(- Ya te digo, esto sólo puede tener un final).

- ... quiero decir que no sé dónde está el problema.

(- El problema está en que, a este paso, mi Sistema Nervioso Autónomo, el simpático, va a descubrir mis pensamientos).

- Pues que dicho lo anterior, entonces, ¿por qué no aceptar que se repitiera el intento en una nueva carrera?

- Ah!, ya me doy cuenta.

(- Me ha pillado).

Me miro a mi mismo, a ver si se ha producido el desastre.

- Pues eso, o que soy un mentiroso patológico, o que sufro esquizofrenia.

- Permite que el diagnóstico sea yo quien lo haga.

(- Yo te permito a ti..., lo que tú quieras. )

- Disculpa solo era un comentario.

- Está bien. ¿Y si rectificas, y aceptas una nueva oportunidad?

(- De acuerdo). Volvió la imagen real y con ella el convencimiento de que estaba fuera de mi alcance. Al fin y al cabo sólo estaba allí para regalarme la vista, aunque ella creyera que se estaba ganando lo que cobraba por la sesión.

- Ha sido un campeonato muy largo y yo creo que ya está bien. Podemos seguir con estas sesiones y tratar en próximas competiciones, con más rivales y con más competencia, reconducir mi actitud y forma de conducir.

- Pues bien, finalizaremos con este propósito, por ahora. Se ha acabado el tiempo.

La última frase me situó en la realidad.



Y el mejor final un homenaje, esto es un manicomio:



Quitaron el video anterior, así que ponemos esta serie donde se incluye uno de manicomios.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Sobre los avatares de la Fortuna (o el infortunio)

Antes de que no me quede otra que escribir sobre el fracaso, o al contrario, sobre el éxito, me ha parecido que debía rendir cuenta y homenaje a los protagonistas del actual Campeonato de la Liga F1 Total, que hoy inicia su final.


Sobre el fracaso, o sobre el éxito, porque NeoUther y yo nos jugamos el subcampeonato. Sobre lo mismo, porque MaxRufus, que tiene algo más fácil quedar delante de Jion Boina, y complicadísimo acceder al tercer puesto, tiembla recordando pasados problemas técnicos.

Comenzó el campeonato con elevadísimas expectativas de participación y éste fue el primer fracaso. Pero la tozudez del repoker de ases ha mantenido viva la competición hasta hoy que nos esperanzamos con la fusión (la Liga Los Lentos competirá en Abu Dhabi). Y esto es el primer éxito.

El aliciente de la novedad de nuevos pilotos tórnase en dificultades, estrechando el márgen de dominio de los líderes de nuestra Liga. Javi-CyL y MaxRufus sembraron de complicaciones el paseo militar al que nos habían acostumbrado Jion Boina y NeoUther. Su éxito de buenos conductores no ha servido sólo para elevar el nivel de competición a cotas difícilmente imaginables, han convertido un pasatiempo en una actividad profesional. Pero la cruz de esta moneda es que algunos históricos no soportaron la exigencia competitiva, o vieron frustradas sus esperanzas en los incidentes de una parrilla muy numerosa en los inicios, o por lo que sea, en fin, abandonaron; y el segundo éxito es también un cierto fracaso.

Puede repetirse la historia con la fusión de ligas y el éxito en si de la unión, vuelva a mostrar la cruz del fracaso.

Independientemente de su excelencia personal, la victoria final de Javi-CyL (y del equipo BMW) es un éxito, pero en esta competición, como en todas, esto comporta necesariamente el fracaso de otros.

De la actual clasificación, y sea cual fuere el resultado en Yas Marina, también de la clasificación final, mi posición, la de Nakayima (junto con BMW), es claramente un éxito. Éxito, sin embargo, trufado de frustraciones de los rivales, porque seamos justos (¡menuda pretensión!): ¿dónde estaría yo si las circunstancias adversas no se hubieran cebado una y otra vez, con unos y con otros? Mi posición es la consecuencia de no haber sufrido ningún abandono y haber mantenido el resultado de cada carrera entre los cinco primeros (salvo Malasia). Al margen del mérito o no, nadie más ha logrado cosa semejante. Si los avatares de la fortuna hubieran sido tan condescendientes con Max, Jion y Neo, como lo fueron conmigo, me daría con un canto en los dientes al luchar en este último Gran Premio por quedar cuarto del Campeonato de Pilotos.

Ferrari se quedó sin opciones, tras el verano. El asunto del peso desigual de los coches fue un fiasco. La clasificación en Q2 con carga de combustible para carrera, un escollo insuperable para algunos. El rigor de la competición, un peso agotador... Contado así parece terrible, pero..., el éxito nadie dijo que fuese fácil. Sin dificultad no hay satisfacción. La tensión por la incertidumbre engrandece la felicidad en la meta, sea cual fuere el resultado. Porque en este negocio, "nec-otium", (me es imposible considerarlo ocio), efectivamente no está el éxito en llegar primero a la meta, sino en saber llegar.

Por esto mi homenaje especial a:

Asansanoc, que podría erróneamente considerarse el baluarte del fracaso y es para mi el ejemplo del éxito: sabe llegar sonriendo (se lo pasa bien dice "el condenao").

Ninjamaster (alter Jion Boina), incombustible en la lucha por el sostenimento de la Liga y más interesado en el éxito de ésta que en el propio.

NeoUther y MaxRufus firmes ante la adversidad, incansables pese al infortunio y competitivos hasta el paroxismo.

Y Javi, el valor seguro, como esas monedas de tahur que tienen dos caras sin cruz, es mi éxito, promovido por SuperAlex, el mejor fichaje realizado para un equipo en toda la historia de cualquier competición, real o virtual, de aficionados o profesional.

Que la Fortuna nos regale jornadas de gloria y mazazos de sinsabores, que ya sabremos tornar nosotros los segundos en éxitos y la gloria dejarla en su lugar (en el fondo del cajón).